Caprichos como los de antes

Publicado sobre Nov 1, 2013


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AÑO 2013    |    Zamora, 1 de noviembre

C. G.   |   Fotos: Javier de la Fuente


Caprichos como los de antes

 

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«Esto es más de corazón que de cabeza. Hay un tanto de nostalgia, pero también un empeño porque después de tantos años la gente pueda volver a probar los Caprichos de Reina». Así se explica José Reglero, hijo de uno de los empresarios que pusieron en marcha la fábrica de Reglero, que llevó tanto este como otros productos (nevaditos, pastas, mayucas, colombianos, y tantos otros) a los paladares de media España y por supuesto, fueron famosos en la capital y provincia de Zamora.

En el mismo edificio donde se levantaba la fábrica de Reglero, que se renovó completamente para su nuevo uso como inmueble de viviendas, se abre ahora una pastelería que tiene como su principal atractivo los Caprichos de Reina. Una especialidad que tuvo ocasión de probar la mismísima reina Sofía cuando visitó Zamora para inaugurar el Teatro Principal y el padre del actual pastelero, que formaba parte del selecto grupo de la sociedad zamorana que tuvo ocasión de estar más cerca de la soberana, le regaló una caja de los Caprichos de Reina que llevaba consigo.

José Reglero ha tenido además otra idea para la reapertura del negocio con tantas reminiscencias en el subconsciente colectivo, que a tenor de las colas que se formaron a las puertas del establecimiento situado en la avenida de Portugal, tuvo un éxito notable. «Este año los Caprichos de Reina hacían 60 años desde que mi padre los creó». Y qué mejor manera de «celebrarlo con los zamoranos» que imitando cómo se despidieron de Zamora sus antecesores, con la oferta de «una docena de pasteles a cinco pesetas. Ellos lo hicieron porque cuando su padre, Gregorio Reglero, empezó con los pasteles, en 1910, la docena de pasteles la vendían a cinco pesetas». En este caso al que se acercaba con un duro se podía llevar unos Caprichos de Reina. «Ha sido la bomba», asegura Reglero.

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El negocio no sólo ha recuperado los Caprichos de Reina, también «las pastas de té, sacando la variedad que hacían entonces respetando los ingredientes y la forma de elaboración. Hemos hecho unos días los bollitos blancos y las parisinas y ha sido un rotundo éxito, nos las han quitado de las manos». Los pasteles «tradicionales, tipo petisú, también han gustado mucho». El hecho de que utilice la receta original «de puño y letra de mi padre» hace que la gente reconozca que estas especialidades de antaño, «para ellos están igual».

El dueño del negocio estudió administración y dirección de empresas y es diplomado en empresariales. Dejó su trabajo en una empresa para irse a una pastelería a Suiza. Ahora ha abierto la nueva pastelería en la que tiene las especialidades tradicionales junto con productos que importa del país helvético.