La Antigua Fábrica

Publicado sobre Ene 6, 2002


El Correo de Zamora

AÑO 2002    |    Zamora, 6 de enero

Juan Jesús Rodero


La Antigua Fábrica

 

La antugua fábrica de galletas de Reglero, en la céntrica avenida de Portugal, la van a convertir en pisos de lujo, en establecimientos comerciales y en garajes. Desaparece así, seguramente, la última gran factoría que quedaba ubicada dentro del casco urbano de Zamora. Ya hacía muchos años, más de diez, que permanecía cerrada, sin gente, sin trabajo, sin vida, pero seguía siendo un referente en la ciudad, un punto instituido, algo propio, y aún parecía entrar en Zamora por la Marina, que el dulce olor que antaño emanaba constantementede la fábrica de Reglero nos saludaba dándonos una alegre bienvenida. Fueron treinta años de una actividad constante, de un ir a más cotidiano, de comprobar como el nombre de Reglero y de Zamora sonaba en toda España sin necesidad de publicidad, sólo con el boca a boca, con la fama y el prestigio de los productos bien hechos, hechos con amor, artesanalmete, sin regatear esfuerzos para mejorar las calidades. Una flota de camiones propios salía de la avenida de Portugal, cargados de galletas Mayuca, de nevaditos, de caprichos de reina, que a doña Sofía, le fueron obsequiados cuando visitó Zamora para inagurar el Teatro Principal. Hasta trescientos trabajadores se daban cita en los pisos de la fábrica, que en la época navideña multiplicaba su producción, pues no daba abasto, todos bajo el control personal de Pepe Reglero, con su inmaculada bata blanca, pendiente en todo momento del más mínimo detalle del proceso de producción, desde las materias primas hasta la perfección del acabado, envasado incluido.

Fueron muchos años de éxito basado sencillamente en el buen hacer, creando muchos puestos de trabajo y sentando las bases para una industria agroalimentaria que salvo en sectores determinados como el vino y el queso, no ha alcanzado todavía la dimensión que se merece por la calidad comprobada de sus productos. Hace una década, sin embargo, y como queda dicho, la antigua fábrica, que no es tan antigua, porque data de comienzos de la década de los sesenta, cerró sus puertas para siempre porque, como en tantos otros casos, los tiempos ya no eran los mismos y las empresas familiares no siempre han querido ser asumidas por sucesores. La marca Reglero, dotada de un gran prestigio y todavía con un espléndido fondo comercial, fue adquirida por un poderoso grupo del sector y la factoría trasladada al polígono industrial de Toro. Nueva maquinaria, disminución de la plantilla, anuncios en televisión y la marca que permanece. Pero ya no es lo mismo. Y la ciudad hace tiempo que dejé de oler a dulce en su entrada. Pepe Reglero todavía dice de vez en cuando que le gustaría volver a abrir una pastelería y confitería, que es con lo que empezó antes de comenzar a fabricar y vender galletas. Pero es claro que el tiempo pasado no vuelve y que ya nada es como entonces y que aquella Zamora ya es únicamente recuerdo y que pronto ni siquiera quedará la reliquia de la fábrica adosada al edificio familiar, pues pronto se habrá convertido en eso para lo que se han comprado, un nido de pisos, locales y garajes, sin más dulce olor que el dinero.